Hace casi un mes enfermé de Covid. Yo y toda mi familia. Para muchos parece ser que es un paseo, un resfriadillo o algo parecido a una gripe, en el mejor de los casos incluso no se tienen síntomas.
No fue este mi caso. Afortunadamente nada grave, de los síntomas leves sufrí el rango más alto. Pérdida de olfato, gusto, tacto incluso!, dolor de articulaciones... en fin que ya sabemos todos de la multitud de síntomas que este bichejo ocasiona. Pero lo que más me ha afectado ha sido el cansancio. Puff, eso de no poder con tu cuerpo... ay que sensación más desagradable...
A día de hoy me encuentro cada día un poquito mejor y esto me hace pensar que llegará el momento en que vuelva a sentirme como antes de que el virus se metiera en mis células.
Pero a lo que voy es a lo que el Yoga ha significado para mi durante este tiempo. Y me repetiré una y mil veces pero es que el Yoga es muy potente... aún con la fuerza mínima he estado practicando. Muy poquito, posturas básicas, incluso diría "movimientos" básicos. Pero lo importante de la práctica no eran los movimientos físicos sino los mentales.
La práctica de Yoga (hablo de una práctica dedicada) crea una disciplina y unos patrones mentales que puedes utilizarlos en tu vida diaria. El no tener expectativas en cuanto a dónde llegar en las posturas, el practicar y ya está, en saber que ya estás practicando y que esa molestia en el gemelo se pasará... todo eso, te lo puedes llevar a tu vida. Y ayuda, MUCHO.
Estoy segura de que de no haber sido por mis patrones mentales trabajados a conciencia durante años, habría entrado en pánico cuando no sabía que me depararía ese "positivo" del palito. Tanto oímos y leemos que estamos con un miedo horrible a todo lo que rodea el Covid. Y no es para menos.
Pero no entré en pánico. Ya estaba pasando, el presente es lo que cuenta. En ese momento tenía el Covid y a ver lo que iba a hacer en esa situación.
Y momento a momento, respiración a respiración fui solventando la angustia de no poder atender "adecuadamente" a mis hijos, de no poder hacer una comida en condiciones, de sentirme fuera de mi. Porque el Yoga lo que te enseña es que tienes que hacer lo que puedas con lo que tienes en cada momento y ya está. Y sigue. Y al final todo pasa y habrás hecho lo que estaba en tu mano. Y ya está. Cultivando los Yamas y Niyamas. Practicando el Yoga las 24 horas.
A mi una vez más, mi práctica me ha demostrado que como decía al principio, el Yoga es muy potente. Y cada día agradezco más haber iniciado este camino.
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