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  • anayogaiyengar

La mesa sucia

Cuando doy clase suelo usar mucho las analogías entre las acciones que pretendo que los alumnos reproduzcan con algo muy del día a día, de nuestra vida normal. Es algo que me sale natural y creo que casi siempre logro que entiendan lo que quiero que hagan.


Hace unas semanas hablando con un par de alumnas sobre lo que era la práctica de Yoga me salió una de estas similitudes que se me ocurren y terminé comparando la práctica habitual de Yoga con la limpieza de una mesa en la que queremos comer. Quizá la analogía no es de una perfección absoluta pero a grandes rasgos se entiende perfectamente lo que quería que entendieran de toda esta disciplina.


La mesa seríamos nosotros, en general, en cuerpo y alma.

Pongamos que llevamos toda la vida con la mesa ahí, delante nuestra, pero que no le hacemos caso. Y un día decimos que estaría guay sentarnos y comer ahí no?, pero claro, puf, la mesa tiene de polvo que no veas. Lleva años sin que nadie la limpie. Tiene guarrería acumulada. Así que la miramos y decimos... pues que pereza limpiarla, casi que me voy al restaurante y ya si eso otro día.


La guarrería acumulada digamos que son el malestar corporal, el dolor de articulaciones, la mala postura, las famosas contracturas, los pensamientos negativos, la apatía, la pereza, la mente chiquitita con pensamientos limitantes, el estrés, la falta de descanso...

El restaurante... la distracción, el decirme que no tengo tiempo, que hoy mejor que no que he quedado con no se quién, el pasarme con la bebida, la comida, la excesiva tele, redes sociales, el adormecimiento de la cordura, del propio pensamiento, de la crítica verdadera, la falta de consciencia sobre la vida propia, el estar más pendiente de las vidas ajenas...


O nos vamos al restaurante o si eso, ponemos un mantel encima de la suciedad y así ponemos un parche. Ahora el mantel sería aquello que hacemos para creernos que hacemos algo... un día al mes que salgo a andar, un mes que voy a Yoga, luego me apunto a correr pero no me termina de convencer, va, me apunto a pádel... bueno, no es que voy a volver a Yoga, que lo que quiero es hacer el pino... voy a dejar de comer tanto bollo pero ya mañana mejor...


Pero llega un día que oh! milagro, por lo que sea, decido conscientemente que no, que quiero comer en esa mesa y que si quiero pues tendré que limpiarla.

Pues hala! a preparar el "nanas", el jabón y el agua y a comenzar.

Cuando empezamos a limpiar la mesa, lo hacemos con mucho entusiasmo. Al cabo de los minutos, nos damos cuenta de que limpiar la guarrería a nadie le gusta y podemos empezar a sentir asco, a pensar que eso no era lo que yo esperaba, que la limpieza iba a ser más rápida... pero claro, es que llevamos acumulando mier... en la mesa durante años.


Este es el momento crítico, si de verdad quieres tener tu mesa en condiciones, seguirás hasta que la tengas limpia y preparada para comer en ella. Si abandonas, volverá a llenarse de polvo... y es necesario que lo sepas, que seas consciente de ello. Que el que limpia o deja de limpiar eres tú. Tú eres el único responsable de que tu mesa esté limpia. No puedes dejar la responsabilidad en manos de nadie más.


¿Qué es la limpieza de la mesa? Pues en lo que yo quiero contar, la práctica de Yoga continuada en el tiempo, con paciencia, con constancia. El asco, el querer dejarla, va a suceder, por supuesto, porque el Yoga es tan poderoso que va a remover (desde una práctica global, bien guiada y continuada en el tiempo) mucha guarrería interna y externa. Y nos va a poner delante nuestras capacidades e incapacidades, lo bueno y lo menos bueno, mis puntos fuertes físicos y los más débiles y aceptar esa "guarrería" es duro pero también liberador.


Pero ay! cuando uno empieza a ver la madera limpia de la mesa... que alegría.


Y una vez que quitamos esas capas tan duras. Ahora solo es mantener, día a día. Pasar el trapito, dar con el estropajo si ese día se me cae la salsa a la mesa, poner más jabón si es necesario de vez en cuando... prestar atención a lo que va necesitando la mesa... quizá barniz... quizá nos despistemos y estemos un tiempo sin limpiar por las circunstancias que sean pero al volver, será distinto y sin tanto que quitar de encima.


El Yoga es una herramienta para mantenerte "limpio", en tus mejores condiciones físicas y mentales pero llegar a entenderlo como herramienta requiere de tiempo, constancia, intención y responsabilidad.






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