El Otoño, septiembre en concreto, siempre me ha parecido como un nuevo año. Sé que no solo me pasa a mí. El fin del verano da lugar a nuevos proyectos, a nuevas rutinas, a nuevo orden. Pronto se echan de menos las jornadas más improvisadas, más nocturnas, más libres que cambiamos por un orden que también necesitamos en nuestra vida. Al final, a todos nos gusta saber que tenemos que hacer, cuáles son nuestros planes más inmediatos, a corto plazo por lo menos.
Toda la situación de la pandemia que estamos viviendo ha modificado este comienzo de curso. Seguimos teniendo nuevos proyectos mentales pero no sabemos si podremos materializarlos de la manera en la que lo imaginamos.
En Otoño es también una época en la que mucha gente se lanza a probar nuevas actividades desconocidas para ellos. Una de ellas, el Yoga. Pero este año, como decía es diferente. Yoga en pandemia. No sabemos si atrevernos a ir a una sala, si será segura, si no, si necesito material, si pagaré una cuota y cerrarán la sala... en fin, lo que todos nos preguntamos.
En mi caso particular, he decidido que este año el nuevo curso trae consigo clases mucho más personalizadas de lo que ya las impartía incluso cuando tenía grupos. Quiero que mis alumn@s se sientan seguros y cómodos y el mejor sitio para ello, es su propia casa.
Para superar esta situación todos tenemos que poner de nuestra parte para que la vida social siga existiendo y por mi parte entiendo que para que pueda seguir acompañando a mis alumn@s en su camino en el Yoga tengo que hacerlo todavía más accesible y fácil.
Mis clases privadas son ahora más accesibles que nunca gracias a unas tarifas Covid19 que he elaborado, haciendo un esfuerzo personal pero que se suple con la ganancia emocional que me proporciona en poder seguir ofreciendo mis clases.
En tu casa, con todas las medidas de seguridad e higiene que las autoridades sanitarias recomiendan, sin tener que compartir tu espacio personal con nadie más que tú no quieras, con la comodidad de no tener que realizar ningún desplazamiento, todo FÁCIL, para que el Yoga llegue a tu vida y te sostenga, te ayude, te enseñe.
TODOS tenemos que colaborar, que salir, que apoyarnos, que cumplir las recomendaciones sanitarias y sobre todo, tenemos que VIVIR. Ánimo a todos.
Y siempre, gracias por tu compañía.
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